¿Cómo llegó la literatura a tu vida?
A través de una
profesora de mi escuela. Siempre la nombro porque realmente fue muy importante
para mí: Marta Bonora. Ella había sido mi maestra en la última salita del
jardín y, no recuerdo por qué motivo, en un momento, la pusieron de
bibliotecaria y nosotros, en los recreos, íbamos a pedirle que fuera en la hora
de Lengua a contarnos cuentos. Era una excelente narradora oral y elegía un
corpus infalible: “La gallina degollada”, “El corazón delator”, Bornemann.
¿Cuándo sentiste que podías ser escritor?
Nunca. De hecho,
todavía no lo siento. Cada vez que empiezo algo nuevo, pienso: “¿Podré?” Sí
hubo un corte muy fuerte en mi vida que fue haber estudiado Letras. Yo veía a
mis compañeros que se esforzaban por hacer tesis que iban a quedar archivadas o
que, en el mejor de los casos, iban a estar de moda un par de años y después se
iban a morir y pensé que no quería eso para mí. Creo que el secreto es sentarse
y escribir. Siempre lo digo: disciplina. Sacar una o dos páginas por día,
tachar, borrar, pero nunca dejar de escribir.
¿Qué libro te marcó para siempre?
Boquitas pintadas, de Manuel Puig. Lo
leí de adolescente y, literalmente, sentí que la cabeza me hizo ruido. Puig
sigue siendo mi modelo de escritor, un tipo que se renovó novela a novela, que
nunca se quedó en la cómoda, que apostó y apostó fuerte. Después, de grande,
leí The Buenos Aires Affair y me
impactó mucho más, pero el quiebre lo hizo Boquitas.
Además, fue el primer libro “de adultos” que leí. Antes de eso, leía una
colección que también fue bastante determinante: Fantasmas de Fear Street, de R. L. Stine, del cual no se supo nada
más. De hecho, el primer libro que me compré fue Cómo ser vampiro, de esa colección. Todavía lo tengo.
En el 2012 ganaste el premio de Página/12
con tu novela «Me verás volver» Seguro que ya te han preguntado varias veces
sobre ella, pero no me puedo quedar atrás: ¿Te tenías fe cuando la presentaste?
Para nada. La mandé
por mandar. De hecho, la mandé porque pedían un mínimo de cien páginas, que era
lo máximo a lo que yo sentía que podía llegar. Fue una sorpresa. Grata
sorpresa, por supuesto. A nivel personal funcionó como una autorización. Yo soy
muy inseguro y haber ganado ese premio fue como un “Seguí por este lado.”
Me imagino que te abrió varias puertas en
el mundo literario. ¿Qué pasó después?
Recién ahora me
está abriendo algunas puertas. En ese momento, yo era chico (tenía
veinticuatro), era lo primero que escribía y ganaba un premio importante, que
tenía un antecedente tremendo: Aurora Venturini. Me intimidó bastante. De ahí,
también, el tiempo que pasó entre la primera y la segunda. Recién ahora me
siento un poco más seguro. Y enfatizo el “un poco.”
Tuve la suerte de conocerte gracias a
«Pelos de punta» ¿cómo llegaste a la colección?
Como llegaron todos
los que llegaron a esa colección: a través de Narciso Rossi.
Después de PdP se abrió el concurso de «La
otra gemela», Participaste con «Seis Buitres» y terminaste publicando con
ellos. ¿Por qué creés que eligieron la novela?
En rigor, yo no
participé del concurso. Soy amigo de Narciso y, hablando con él acerca de la
novela, accedió a publicarla. Por qué habría que preguntarle a él.
¿De qué trata «Seis Buitres»?
Me cuesta
definirla. Seis Buitres es, por un
lado, la historia de siete jóvenes que son asediados por presencias
paranormales y, por el otro, de una chica a la que un grupo de hombres lapida.
Es una historia acerca de la brujería en la que traté de apostar, por un lado,
a los recursos y, por el otro, a reflexionar, desde la ficción, acerca del
género. Debería aprender a venderme un poco más.
¿Te manejás mejor con historias corales?
Sí. Totalmente. De
hecho, ahora, el desafío es salir de esa zona de confort y narrar una historia
desde un único punto de vista. De cualquier forma, creo que la polifonía es muy
útil para el género, porque te permite ver cómo se va transformando una
historia.
La soledad del escritor es uno de los temas
más hablados en el ámbito, pero, no todos comparten que es literal. ¿Cómo es tu
proceso de escritura?
Yo no tengo demasiada
vida útil como escritor. Es algo que lamento, pero, lamentablemente, es así. Escribo
una o dos horas por día, como mucho, pero lo hago todos los días. Me levanto a
las siete y escribo hasta las nueve o diez. Después, listo. No puedo escribir o
corregir una sola línea más en todo el día. Pero creo que la clave es esa:
hacerlo a diario. Como decía Kafka, aunque suene pretenciosa la comparación:
“Todo lo que necesito es disciplina”. Disciplina, para mí, es la palabra clave.
¿En qué estás trabajando ahora?
Acabo de terminar
una novela que se llama Bruja y que
me tiene muy entusiasmado y, después de las vacaciones (ahora tengo la cabeza
quemada), me voy a poner a trabajar en otra que tengo empezada hace rato y en
la que quiero explorar el horror no sobrenatural.
¿Qué tipo de investigación usaste para el
tema de la brujería?
No demasiada. A mí
me da mucha fiaca investigar. Mucha. Me parece que a veces lo que uno investigó
termina contaminando demasiado la escritura, o sea, le termina quitando espacio
a la ficción. Lo correcto sería que yo dijera que investigué hasta el cansancio
pero no fue así.
¿Creés en los trabajos o gualichos?
No. Creo en muchas
boludeces, pero precisamente en esa, no.
Cambiando un poco de tema pero no de
letras: ¿Qué es #numeral?
Es un ciclo de
lecturas. Funciona una vez por mes en una librería hermosa que se llama
Despensa de Libros Vacío Editorial que solo trabaja con editoriales
independientes. Leen tres autores por encuentro: uno, un fragmento de novela;
otro, un cuento y el tercero, poesía. El próximo es el miércoles 7 de diciembre
(previa de feriado) a las 20:00.
Y por último, ¿qué autores contemporáneos recomendás?
Mariana Enriquez,
Matías Bragagnolo, Luciano Lamberti.
Si quieren comprar «SEIS BUITRES» pueden hacerlo en www.laotragemela.com
Justo ayer comencé a leer «Me verás volver». Leí las primeras veinte o treinta páginas de un saque; una prosa muy atrapante, con esas idas y venidas en el tiempo que tanto me gustan.
ResponderEliminarMuy buena la entrevista, Esteban. Gracias por permitirnos conocer más del autor.
¡Saludos!
Todas las críticas que escucho de ese libro son muy buenas. No me lo puedo perder. Si te gustó ese, ahora está a la venta "Seis Buitres". Gracias por responder, amigote. Abrazo enorme.
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