A principios del año 2015 hubo una selección
de textos en la facultad de Bellas Artes, para Ilustranimada. Se podían enviar dos textos
—cortos— para participar y el par de cuentos que mandé fueron seleccionados.
Uno era de Ciencia Ficción, titulado «Instinto» y el otro, de terror: «Óxido». Desde el momento que leí los correos confirmando lo que decía antes me
puse MUY contento. Estas historias iban a ser trabajadas por los alumnos de
lenguaje visual para la creación de libros ilustrados benéficos.
El tercer mail que llegó fue para informar
donde sería la presentación. Comenté entre mis amigos y familiares
para ver si se querían sumar y terminamos yendo en patota.
Yo me imaginaba que iban a ser dos libros, uno
por cada historia; pero, en el lugar me enteré que varios alumnos habían
seleccionado Óxido como eje para sus
ilustraciones y casi, casi que no entro por la puerta.
Mientras daba vueltas, yendo y viniendo por
donde estaban los alumnos con sus trabajos, me encontré con recuerdos.
Uno de ellos fue cuando inicié el curso con Leo Batic —tremenda persona,
transparente, que nunca se guarda nada de lo que sabe para él—, ahí leí Instinto ante mis compañeros —que muchos
de ellos ahora son amigos— y… les gustó, así que me relajé y dejé de
tartamudear porque hacía muchísimo que no leía en voz alta para los demás.
Por
otra parte, Óxido nació para la revista Minatura, me dijeron que si lo
traducía al inglés iban a publicarla para otros países y yo me emocioné con esa idea. De un
día para el otro hablé con Ale Lorenti, una traductora de lujo que trabaja en Brighton Servicios Lingüísticos,
y al cabo de unos días presenté el texto en ambos idiomas… los aceptaron.
Después de pensar y notar que el
caminito se hace de a poco y sin apuro, me encontré a algunas de las
ilustradoras. Charlamos un poco, nos sacamos varias fotos y yo no podía estar más feliz, y ellas estaban más contentas que yo. Fue un placer conocerlas y un día inolvidable. Al
ver sus trabajos me emocioné, viendo con los ojos de los demás las historias que
se crean dentro de uno, las variantes sobrepasan los límites y ver eso es genial. Hasta me filmaron para hacerme algunas preguntas que respondieron mis
nervios.
Cuando terminó ese día, ya más tranquilo en mi casa, me comuniqué
con las chicas y me comentaron que en cuatrimestre siguiente debían elegir una
historia para hacer un corto animado. Yo me quedé esperando qué más decía y... un grupo de alumnos había elegido Óxido para ese trabajo. Otra alegría más y
van…
Gracias Andrea Baez por la buena onda y el aguante. Estos encuentros generan muchos proyectos. Para los que disfrutaron de sus ilustraciones les puedo contar que pronto van a ver más cosas de esta ilustradora ejemplar.
Gracias a Samantha Annecchini, Mariana Alchú, Emanuel Vergara, Carla Soto, Manuel Sadoski, y Andrea Baez, en un honor que ustedes hayan pasado tanto tiempo con los cuentos, quedaron geniales. ¡GRACIAS!
Así que, sin aburrirlos más con toda
la historia, acá les dejo el corto y todo lo demás. Gracias por leer
el blog y espero que pronto aparezcan más novedades.
El corto fue realizado por:
Impresionante cuántos logros, Esteban. Me siento feliz por vos. Te deseo muchos más éxitos.
ResponderEliminarMuy bueno el corto.
Saludos.
La verdad que la literatura me está llenando de sonrisas y buenos momentos. Gracias, Raúl, siempre estás al pie del cañón. Un abrazo gigante.
EliminarEstá increible el blog
ResponderEliminarGracias, John. De a poco le voy metiendo más cariño, gracias por pasarte :D
EliminarExcelente, Esteban. Recuerdo el cuento, que es muy bueno, y el corto no puede estar mejor. Disfrutadísimo.
ResponderEliminar¡Felicitaciones!
Gracias, Juan. La verdad que el corto me enamoró :). Gracias por pasarte, amigo.
EliminarGenial, saludos.
ResponderEliminarGenial, saludos.
ResponderEliminar